Érase un relato muy realto que de boca en boca fue transitando, desde el valle más vallado hasta la costa más costosa. Aquel relato cantaba sus cuentos y contaba sus cuentas como quien mezcla sus recuerdos con sus deudas, y sin embargo a todos dejaba embelesados con sus vivencias. No rimaba ni remaba, ni se iba por las ramas aquel relato de marras, que, concretar, no concretaba, mas todo el mundo lo escrutaba. Al cabo del tiempo ya caía pesado y acabaría en pesadilla, con un fiambre en la fiambrera y un listo en el listado de los más buscados.