Sabes, mujer que surge tras la ventana
que este mi fuego prende mis entrañas
de tan secas con nada nace una llama
cada vez que te veo asomar.
Sabes, ansiosa dama de oros ondeantes
que aunque construyas un puente colgante
algunos ríos no son cruzables
mientras fluya el manantial.
Sabes, hembra magnética, imán infinito
que largas cadenas me mantienen asido
y sólo esta llave de madera y grafito
me logra a veces liberar.
Sabes, eterna espera que nunca descansa
que mi carcelera siempre yace en mi cama
besa mis muertes, mis besos mata
y goza al verme suspirar.