Vio la flor desprenderse del almendro y descender con gracia. La brisa cimbreaba sus pétalos y el sol hacía brillar una gota de rocío atrapada en sus estambres. En ese momento Herminia dejó de sentir aquella congoja, sonrió y se dejó dormir sobre el prado.
Te sigo, Rubisco. Aunque este tipo de blog es algo confunso.
Un saludo
Gracias por pasarte por aquí, magali
Ahora mismo está en pañales, pero poco a poco le iré dando más forma y contenido.
Cualquier sugerencia (también sobre el blog en si) es bienvenida.
Un saludo
Me refiero al escritorio del blog. No a tu blog en concreto, que encuentro perfecto.
He intentado crearme uno y no consigo hacerme con el manejo.